¿Cómo se combate la soledad?

 Tengo alrededor de dos años escribiendo mis entradas en este pequeño blog. Entradas que escribo para mi y las comparto al público. Pensamientos que tal vez debieron de quedarse en un rincón, silentes. O pensamientos que tenían la urgencia de brotar de mis dedos para plasmarse en una hoja de papel digital.

¿Cómo se combate la soledad?


Esa lucha interna de la cual yo sé al menos que todos forcejeamos con ese sentimiento alguna vez en nuestras vidas; es aquella lucha que hoy me puso contra las cuerdas y no había nadie en la esquina esperando el cambio. 

Es extraño cuando lo tienes todo, a tu familia completa, un techo donde vivir, comida y abrigo y una que otra comodidad, pero, ¿después de eso, qué hay?

Al menos en mi, después de todo eso, existen infinidad de borradores no publicados que hablan sobre la vida, la muerte, la depresión, la enfermedad, el amor, la nostalgia, pero todos y cada uno de ellos incompletos.  Un montón de palabras escritas e ideas que tienen sustentos sólidos y que podrían germinar como un buen pensamiento, guardados en el ático de la mente, ahí donde uno guarda sus más oscuros deseos, secretos, manías y miedos.

Ahí donde la epilepsia se arremolina entre las neuronas, ahí donde la incertidumbre de un futuro se escabulle. Es un lugar bastante nebuloso.

Pero no todo en este escrito tiene una tendencia depresiva y autocompasiva. No. 

En mi mente atesoro los momentos más valiosos para mi, que alguna vez formaron parte de mi vida y que me formaron a mi como una persona. Esos instantes de felicidad instantánea cuando descubres una nueva canción y se la enseñas a tus amigos. 

Esa sensación de llegar a tu cama y dormir una siesta reparadora. Ese momento cuando besas a la persona que te vuelve loco, cuando ves a tus amigos después de mucho tiempo, cuando ganas una partida jugando a algún videojuego. 

La soledad se combate así, haciendo un recuento de lo bueno, lo malo y lo feo. Revisitando esos pequeños fragmentos de tiempo almacenados de alguna forma en nuestra cabeza que hasta podemos ser capaces de volver a percibir aromas y sabores inclusive si no están ahí. 

Aunque tengo que admitir que, yo combato a la soledad eligiendo no combatirla. Me permito sentir y experimentar todo ese proceso debido a que, digamos que es un poco necesario para que el ego, la ira y la rabia se vayan lejos, y así, creando caminos para que la creatividad, el amor propio y el autoentendimiento de uno mismo fluya sin problemas. 

Se podría decir que la soledad de uno mismo viene siendo algo tan intrínseco a nosotros como nuestra propia sombra u olor corporal, es innegable y no podremos deshacernos de ella, tal vez, hasta el día que muramos.

De todas formas, la única amistad que vamos a llevar de por vida, es la soledad. Así que, créeme, ella es nuestra mejor amiga.



-Sam




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