La muerte me saludó dos veces

***Entrada escrita el 16 de agosto del 2021***

Con una mano dentro del bolsillo del pantalón jugando con las llaves del auto y con otra sosteniendo una bolsa con charolas de tacos, estuve esperando a un par de enfermeras como cinco minutos afuera del Hospital General 51 de Gómez Palacio ya que hace media hora me habían encargado un pedido a domicilio, pero, mientras estuve ahí en la noche, vi como una familia entera se estaba desmoronando y al mismo tiempo, estaban recogiendo los pedazos para volverse a armar debido a que un familiar de ellos acababa de fallecer.

"Qué buen timing" pensé en mi mente mientras veía el cielo cuando se iluminaba cuando iba a caer un relámpago. 

-Esta noche está demasiado oscura, dije.

Y era cierto. Desde ayer en la madrugada la noche estaba oscura de una forma más intensa a las noches anteriores, probablemente era porque las nubes plagaban el cielo y lo tapizaron tanto que obstruían la luz de la luna, o tal vez era porque la iluminación pública de mi calle es muy pobre, no lo sé. Pero si sé que ayer y hoy, el ambiente nocturno estuvo muy extraño.

Hoy la muerte me dijo en la cara "qué onda, ¿cómo estás? Aquí estoy de paso otra vez, ignórame, sigue tu camino". Y fue cuando tuvo sentido el suceso del día anterior.

Ya que, ayer, mientras trabajaba en el negocio, la noticia de que un comerciante de la plaza de nuestra colonia había fallecido debido a complicaciones de una operación, me llegó a los oídos por palabras de mi mamá y otros comerciantes aledaños a nuestro negocio y el del ayer occiso. Yo lo conocía como Don Chilo, nunca cayó en mi gracia, sin embargo, tenía conociéndolo toda la vida, así que la noticia de su repentino fallecimiento me impactó, obviamente.

Siempre había tenido roces de actitud con el cuando iba a comprar a su puesto o cuando el venía al nuestro para pedir prestado nuestro baño. No sé si yo era muy huraño o simplemente no me agradaba el señor, pero bueno, a los muertos y a los padres se les respeta. 

Ayer la muerte me dijo "Hola, ¿cómo andas? Yo aquí nada más estoy pasando, sigue tu camino".

Sin embargo, no me pude dar cuenta que ayer cuando me vio a los ojos y me saludó, no pude descifrar que su intención era también saludarme al día siguiente.

Es extraño ver dos sucesos de esa magnitud en menos de 24 horas. Y es más extraño verlo desde un punto de vista de un tercero.


Estos días sólo fui un testigo más, un oyente y un observador que se enteró de esos acontecimientos y hoy, me acabo de convertir en un narrador.

Y yo, yo sólo espero ser el que narra por un buen tiempo.

-Sam




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