El auge del cine del horror en el nuevo milenio, su caída, y su renacimiento


Me pondría a hablar sobre la época donde los slashers films eran lo máximo; Freddy Krueger, Michael Myers y Jason de Friday 13 dominaban las carteleras del cine. Donde en ese tiempo, uno de tus más grandes miedos era ser un adolescente ebrio que se encontrara con alguno de ellos y ser asesinado brutalmente por un tipo con máscara. 
Pero no, yo no viví en esa época del cine, y aunque tengo que admitir que soy un fan acérrimo de las películas ochenteras y noventeras del cine de horror, no soy el mejor candidato para hablarles sobre ello.

Así que mejor decidí hablarles sobre la época que sí viví y como el horror en el séptimo arte, tuvo sus variantes (algunas buenas, algunas malas y algunas muy malas) y como cada una de ellas tienen sus pros y contras.
Unos de los subgéneros del cine contemporáneo de terror que vi siendo un niño y que realmente tuvieron un impacto sobre mi, fue el cine de zombies y el de falsos documentales, eran ideas frescas que llegaron para quedarse y aunque tuvieron su auge en la década de los dosmil, se convirtió en algo tan explotado que actualmente, ya se perdió el rumbo y ahora sólo tenemos filmes irrisibles, incoherentes y cómicos hasta cierto punto.
Grandes películas como el remake del Amanecer de los muertos (2004) o la primera parte de REC (2007) o la asombrosa 28 Days Later (2002) fueron un boom fresco y nuevo para estos subgéneros que iniciaron en los 70's (cine de zombies) o que tuvieron su reinicio en los noventas con The Blair Proyect; fueron un salvavidas que le imprimió nueva sangre a este tipo de cine y al terror en general.

Un nuevo sentimiento de angustia, terror y ansiedad que nos hacía sentir como si estuviéramos viendo por primera vez al Exorcista (1973) o a la miniserie noventera de IT (1990).
Eran emociones conocidas pero al mismo tiempo, diferentes, puesto que al presentarse un tipo de horror distinto al que ya habíamos experimentado, nos sentíamos extasiados con todas estas nuevas propuestas que parecían como si nunca nos fuéramos a cansar de ellas.

Oh, pero claro que nos cansamos.

Omitiendo a la explotación en masa de estos subgéneros y a la aparición y/o renacimiento de otros tipos de horror y terror, la desensibilización que fuimos teniendo ante todas estas propuestas, era inminente.
En otras palabras, era inevitable ya no sentir nada ante este cine.

Y hay varios factores que influyeron en el que actualmente veamos al cine de horror sobre nuestro hombro, de forma despectiva.

Uno de ellos y tal vez el más importante es que, nos estamos volviendo viejos. 
Al crecer, el hombre se vuelve más sabio (o eso al menos quiero creer) y por ende, ya no le asustan las mismas cosas que le asustaban de niño, puede que incluso, ahora le causen gracia o lo vea ridículo.

La tecnología ha hecho sus pinitos en esta desensibilización masiva y aunque hay bastantes ejemplos en donde la tecnología puede ser terrorífica (Black Mirror, Upgrade, The Ring), hay bastantes MÁS ejemplos donde la tecnología se usa como un recurso barato y se pierde total credibilidad (Unfriended, One Missed Call, Child's Play).

Y por último, la misma realidad. 
Todo lo que ha pasado desde que empezó el siglo XXI ha sido igual o más terrorífico que una película; situaciones tan inverosímiles y desastrosas que ni siquiera tenemos que ver algo paranormal e inexplicable para asustarnos, hombres que han hecho cosas tan horribles, que lo único que ha provocado es que le tengamos más miedo al hombre que algún fantasma, monstruo, zombie o asesino con una máscara creepy, en su defecto.

Sin embargo, hace un par de años, se pudo observar un pequeño ápice de esperanza, una luz al final del túnel. 
Filmes como El Faro (2019), Hereditary (2018), Midsommar (2019), Pet Sematary (2019) o Dr. Sleep (2019) han sido un nuevo exponente en este tipo de cine que se ha ido levantando poco a poco. Claro, nunca vas a estar tan asustado como cuando tenías cinco años y viste El Aro, pero vas a experimentar la incomodidad, los silencios largos, la angustia, el nerviosismo y la intuición de saber que todo anda mal aún sin haber visto la película completa.

Esto ni siquiera es lo más brutal de Hereditary (2018)

Actualmente, hay buenos exponentes del terror, hay esperanza en este subgénero del cine; mientras se sigan produciendo este tipo de películas con un horror diferente (folk horror, horror gore, j-horror, cult horror, cosmic horror) al habitual, todo va a estar bien. 

Sólo es cuestión de darles una oportunidad, o es que acaso, ¿le tienes miedo a la oscuridad?


-Sam



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