La luna, un aura y la epilepsia

¿Qué tienen en común un epiléptico y un licántropo? 

La luna.

Por miles de años, la condición de la epilepsia ha sido objeto de aversión hacia el individuo que la padece. 

Las causas que originan este padecimiento siempre fueron adjudicadas a la presencia de una entidad sobrenatural, algún demonio, un castigo divino o simplemente, mala suerte.

Los mitos y la extrañeza que siempre han rodeado a la epilepsia y los epilépticos en sí, son argumentos con base en prejuicios y estereotipos que se forjaron desde la edad antigua, cuando Galeno aún existía sobre la Tierra y el cristianismo apenas se estaba afianzando en Europa.

Los que padecen de esto, aparte de haber sido discriminados en el pasado durante muchísimos años, eran tratados como parias de la sociedad, los abandonados de Dios, recipientes del mal, siniestros (al igual que la gente que era zurda); el sufrimiento de ser personas incomprendidas y de intentar ser curadas mediante métodos holísticos y naturalistas hasta métodos crueles y científicos fueron un infierno eterno para estas personas donde todavía hasta mediados del siglo XX la epilepsia no era comprendida en su totalidad.

OK. Ya entendimos el trasfondo histórico y cultural que han sufrido estas personas, ¿pero qué tiene que ver la luna con este padecimiento?

La palabra lunático deriva del latín lunaticus; hombre que padece locura, no continua, sino por intervalos, fuertemente ligados a las fases lunares.

Y es así, como desde los inicios de la humanidad, distintas civilizaciones y culturas han asociado estos ataques epilépticos y crisis a la rotación lunar. Es una teoría bastante descabellada puesto que el misticismo que la Luna representa para el hombre y los simbolismos que se le adhieren, hace que el padecimiento de la gotacoral (nombre antiguo para la epilepsia) sea algo místico e intrínsecamente relacionado a influencias sobrenaturales y misteriosas.

Sin embargo, nada de esto está comprobado como una causa que realmente provoque a que el paciente presente sus crisis convulsivas. Es puramente escatológico y está lleno de suposiciones.

 

¿Qué es el aura en términos de epilepsia?

Se podría decir que es un estado donde el paciente experimenta sensaciones físicas, auditivas, cinestésicas, motrices e inclusive intelectuales donde le avisa a la persona que está a punto de sufrir un ataque paroxístico (un ataque epiléptico).

En términos más simples, es un fenómeno de clarividencia subjetiva que le avisa a esa persona que algo está a punto de sucederle. 

Es el aliento del alma, un fenómeno científico que tiene un sustento real y tangible, pero que al mismo tiempo, es desconocido su funcionamiento debido a que su origen en el cuerpo humano varía dependiendo de la situación o contexto.

Esta entrada es meramente informativa y para concientizar a las masas de que padecer de epilepsia no significa tener los días contados o ser una paria. Es para librarnos de estos prejuicios tan antiguos y dañinos que tanto han lastimado a las personas que sufren de esta situación, o de algún otro trastorno neurológico que tanto les aqueja y los aparta de la misma forma como a los que tienen epilepsia.

A ustedes, personas sanas que no padecen de nada parecido, les encargo encarecidamente que aprendan de estos temas para poder crear un ambiente sano de convivencia y libre de tabúes y prejuicios hacia este sector de personas. 

Es recomendable y totalmente necesario aprender los principios básicos de primeros auxilios en lo que a crisis convulsivas respecta, debido a que si tienes conocimiento de lo que se debe de hacer en caso de alguna emergencia, podrías salvar una vida o evitar que la persona que está sufriendo un ataque se lastime.

Siempre hay esperanza. 

Y para las personas que tienen esto, déjenme decirles que la vida sigue su camino, les irá bien, podrán tener una vida normal sin altercados entre tu y la luna llena. No te preocupes por lo que dice la sociedad y preocúpate por entender y comprender este padecimiento que tantas dudas tiene todavía por resolver.

Y no, desafortunadamente tener epilepsia no te convierte automáticamente en un licántropo, pero estaría genial ¿apoco no? 

Como último consejo que les puedo dar, es que, la amabilidad y la empatía no cuestan nada. 

¡Sean felices!

-Sam