"Me considero alguien persistente, sin embargo otras personas dirán que soy un terco"

 Al empezar a escribir esta entrada, me di cuenta de que tengo al menos un mínimo de cinco borradores de relatos, anécdotas, escritos desordenados o simplemente entradas meramente informativas.

Todos y cada uno de ellos ejecutados y redactados de formas distintas, atacando su tema central de muchas formas posibles, uno más diferente que el anterior, pero siempre con ese toque personal, mi firma invisible que está presente en la forma en como escribo, actúo, redacto, hablo, cuento, etcétera.

Esta entrada pretende ser más que algo significativo en mi listado de entradas en este blog; pretende ser un memorándum y un recordatorio de que rendirse no es una opción.

No les voy a mentir, las últimas semanas del año pasado y esta primera semana del 2021 ha sido una patada en la ingle. Infinidad de problemas aparecen en mi cabeza y siento que me ahogo porque no encuentro un asidero robusto de donde yo pueda apoyar mis cansados brazos de tanto aletear. Ha sido y sigue siendo difícil; no estoy solo, tengo el apoyo de mi familia, de unos cuantos amigos y lo más importante, el apoyo de mi subconsciente por querer estar bien, por querer salir de esta situación, tal vez, no lo más pronto posible (porque llevará tiempo) pero al menos, entero y cuerdo.

Cuando me dicen que me describa en un par de palabras, siempre digo el mismo chiste interno que he tenido por años, y digo: 

"Me considero alguien persistente, sin embargo otras personas dirán que soy un terco".

Y siempre me parto de la risa debido a que es verdad, a veces mi terquedad me impide hacer muchas cosas, sin embargo, me permite de la misma forma, terminarlas y disfrutar de los resultados. Y hoy, hoy más que nunca necesito que esa cualidad/defecto brille por sí misma. 

Existe una dualidad en todos nosotros, nuestra sombra, lo oculto, lo que no se ve, la que le da balance a nuestro día a día, la que nos mantiene con los pies en la tierra debido a que actúa como un nivelador y a veces, como una ancla.

***La última vez que visité este borrador fue el 8 de enero del 2021; prácticamente, hace más de un año. El escrito quedó enterrado sobre pilas de entradas incompletas y hasta apenas hoy, les estoy dando una ojeada para ver cual vale la pena publicarse. Más tarde que temprano, se logró***

Y nosotros como seres que viven en sociedad, tenemos que balancear esa dualidad para que ni una ni otra se encargue de crear un desajuste en nuestra persona y en nuestro comportamiento.

A día de hoy, doce de febrero del dos mil veintidós, puedo decir que mi terquedad (o persistencia) batalló lo suficiente para que ahora pueda decir "me encuentro mucho mejor".

 Leo la primera mitad de este escrito y observo a un Samuel golpeado, despojado de su valía como persona y como hombre. Una persona a punto de rendirse pero también muy resiliente a salir adelante. Y con orgullo puedo decir que lo hizo. Con mucho trabajo interno y mucho apoyo en los demás, aquel Samuel que se sentía pequeño, actualmente camina dando pasos firmes y sin tambalearse.

Es gratificante como la confianza y el amor propio pueden hacer mucho por uno mismo, sin embargo, lo único más importante que aquellos dos valores, es la persistencia.

Y agradezco tener bastante de sobra.

También agradezco muchísimo tener pilas y pilas de entradas incompletas, porque así puedo revisitar el pasado y darles un final feliz. Es un buen ejercicio mental.

*También aprendí a dibujar digitalmente y es una de las mejores cosas que he hecho*






-Sam :)



Comentarios

  1. Hace mucho, un par de años me consideraba alguien amante de leer. Leía cualquier cosa que atrapará mi atención por más de dos minutos. Últimamente lo hago poco, algo brutal ya que era algo que me encantaba.
    Leer esto me hizo recordar lo bien que me la pasaba leyendo y escribiendo. Muchísimas gracias por devolverme esa pasión.

    Sigue así, tienes talento

    -cydonia

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares